¡¡¡Por fin parece que ha llegado el verano!!! ¿Será un espejismo o realidad? No sé vosotras/os, pero yo estoy deseando que haga calorcito, tomar un poco el sol, hacer la fotosíntesis...jejeje! Mañana es mi último día de trabajo y después...vacaciones! Y creedme, esta vez las necesito muuuchoooo!! Aunque no me voy a ningún sitio, espero aprovecharlas igualmente para desconectar y descansar.
Y para irnos con buen sabor de boca, os cuento la última tarta que he hecho. Los padres de mi chico hicieron sus bodas de plata en abril, pero las celebraron a primeros de junio y me pareció buena idea sorprenderles con una bonita tarta de aniversario. Hace 1 año aproximadamente hice una tarta de bodas de plata, pero en aquel caso me pidieron que fuera del Athletic, así que puede decirse que esta era la primera...y todo un reto!!
Me puse a hornear con tiempo, como siempre...y como siempre, el primer bizcocho no salió bien! No sé porqué siempre me pasa lo mismo, pero la verdad es que alguno está encantado de que sea así, porque eso supone bizocho para desayunar, jejeje!
Menos mal que funciono bien bajo presión y el bizcocho de chocolate quedó ríquisimo, el de vainilla también, y el resultado de la tarta...bueno, qué os parece?
Las dificultades no quedaron sólo en el horneado del bizcocho, qué va! La comida era a casi 1 hora en coche y el trayecto tiene muuuuchaaas curvas...y hacía muuuchooo viento ese día, así que sólo llegar al coche fue toda una aventura! Aunque hubo algunos "accidentes", nada que no pudiera solucionar al llegar con mi kit de emergencias, jijiji!
La comida fue estupenda y ver la cara de sorpresa de toda la familia cuándo la tarta salió a escena...increíble! A las niñas le encantó y a los adultos...también! Después de los nervios, las prisas y el apuro...mereció la pena sin ninguna duda. Esa es la razón de que me guste tanto la repostería, endulzar un poco la vida a mi gente!
ZORIONAK BIKOTE!!!
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